lunes, 18 de julio de 2011

"Mocosa, no te pusimos para que armes quilombo": la advertencia de Alperovich a Claudia Sbdar, jueza de la Corte Suprema de Justicia



El libro censurado por el gobernador Alperovich muestra el desvergonzado manejo del Poder Judicial desde la la Casa de Gobierno.

La vacante que dejó Dato al convertirse en diputado nacional, en 2007, le abrió la puerta a Alperovich para hacer pie en el único poder provincial que le quedaba colonizar: la Justicia. Así, Estofán pasó del Poder Ejecutivo al Judicial, sin escalas.

En su desembarco en la Corte, Estofán fue observado con recelo. Su pasado político le jugaba en contra.

— Alperovich sabe que no me puede pedir cualquier cosa, fueron las primeras palabras de Estofán ante sus compañeros del alto tribunal provincial.

Esa carta de presentación le resultó positiva y se ganó hoy la confianza de sus compañeros de la Corte.

Incluso, cuando el Tribunal falló en contra de un artículo de la reforma de la Constitución —Estofán se había excusado— Alperovich se enteró de la noticia a través de los medios. Si Estofán estaba allí para adelantar la primicia, la jugada no había resultado eficaz.

El fallo, publicado en septiembre de 2008, impidió que el Poder Ejecutivo organizara el Consejo Asesor de la Magistratura, el órgano para seleccionar magistrados. Ese mismo fallo volteó la posibilidad de modificar la Carta Magna mediante enmiendas. De ese modo, cualquier intento de cambiar el texto constitucional debe ir avalado por una ley de la Legislatura que declare la necesidad de la reforma y especifique cuáles son los artículos que se pueden retocar.

Esa sentencia fue un baldazo de agua fría para el gobernador. Por primera vez un poder del Estado le ponía límites. Alperovich había ideado un Consejo de la Magistratura integrado por jueces, legisladores y funcionarios del Poder Ejecutivo. Los abogados y los docentes no tenían cabida en ese esquema. “Los abogados no pueden ser jueces y partes”, había denunciado el gobernador.

Finalmente, Alperovich tuvo que retroceder y aceptar que representantes de los abogados integraran el órgano de selección.

La demanda la había presentado el Colegio de Abogados, por eso Alperovich intentó que ningún representante de los profesionales integrara el Consejo de la Magistratura.

La segunda vacante de la Corte la dejó Héctor Eduardo Area Maidana, un ex funcionario de Antonio Domingo Bussi, quien lo había instalado en el sillón del máximo tribunal.

Para su reemplazo, Alperovich propuso a Francisco Sassi Colombres. Cuando la Legislatura ya le había otorgado el acuerdo, se bajó una orden desde la Casa Rosada que dejó a Sassi Colombres fuera del palacio de Justicia. ¿La razón? Organizaciones defensoras de derechos humanos cuestionaron su paso por el gobierno de Bussi durante la dictadura.

Después del traspié de Sassi Colombres, que descolocó por un momento la relación con Kirchner, Alperovich tuvo que recurrir a un plan B. Así fue que echó mano dentro de la comunidad judía. Claudia Sbdar se convertiría de esta manera en la primera mujer en integrar la Corte tucumana. Sbdar había sido relatora durante 12 años de Alfredo Dato, el vocal que se transformó en diputado oficialista.

“Alperovich es un hombre de empuje y cede cuando tiene que ceder. Ya no es el impulsivo que era: dio marcha atrás con la ley de patrimonio histórico y la designación de Sassi Colombres en la Corte, por ejemplo. El no puede aflojar y negociar en una posición de debilidad”, evaluó el legislador Fernando Juri Debo.

Curiosamente, los dos vocales de la Corte que hasta ese momento había incorporado Alperovich se enfrentaron en las sombras para ver quién encabezaba el tribunal a partir de 2009.

— Vos vas a ser el presidente de la Corte, le ordenó Alperovich a su amigo Estofán, que sólo se emocionaba por dentro. Su sueño estaba a punto de cumplirse.

Pero Claudia Sbdar no estaba dispuesta a ceder su aspiración tan fácilmente. Se reunió por separado con los otros vocales para sondear a quién elegirían ellos para suceder a Antonio Gandur en la conducción del Poder Judicial.

Alperovich tomó esa postura como un desafío personal y decidió cortar por lo sano. Llamó a Sbdar por teléfono y le recriminó su actitud díscola.

— Mocosa, deja de armar revuelo que no te pusimos para que armes quilombo, le reprochó el gobernador con aires autoritarios. 

El llamado telefónico de Alperovich, que estaba acompañado en ese momento por el ministro de Gobierno, Edmundo “Pirincho” Jiménez, paralizó a Claudia Sbdar, vocal del Tribunal desde 2008.

Finalmente, Alperovich ganó la pulseada y demostró que no deja nada sin calcular. Por unanimidad, Estofán se convirtió en el presidente de la Corte. No sólo eso: además, estará a cargo de la Junta Electoral, que controlará las elecciones de 2011, cuando Alperovich vaya en busca de su tercer mandato, siempre y cuando no sea convocado a último momento para integrar una fórmula nacional.

“Claudia no lo votó, lo vomitó”, contó una fuente que participó de las negociaciones para dirimir la cabeza del Poder Judicial.

¿Por qué era tan importante ser el presidente de la Corte Suprema?

Respondió Estofán: “Para José, el presidente tiene que tener una muy buena relación con el Poder Ejecutivo. Por eso el me apuntaló a mí. Pero yo estoy cada vez más lejos del gobernador. Lo veo cuando hay que presentar el presupuesto. Nunca me negó nada. Nos da todo lo que pedimos. Jamás me retacea, al contrario. Yo voy a verlo después que arreglaron todos los gremios y le pido que me de el mejor aumento y me lo da”.

En octubre de 2010 la Corte le dio otra satisfacción a Alperovich. Alberto Brito presentó su renuncia para acogerse a la jubilación. Eso le daba la posibilidad al gobernador de designar al tercer miembro de una Corte integrada por cinco magistrados. El último designado fue Daniel Posse, ex funcionario de Alperovich.

En una Corte que a veces podría funcionar con la tracción de una mayoría automática, el vocal René Mario Goane suele ser una piedra en el zapato para el gobernador.

“Alperovich tiene una Corte propia y funcional. Dato se fue mal y llegó Estofán, el embajador ante el Poder Ejecutivo. Estofán es hábil. Viene de afuera del Poder Judicial. Me sorprendió para bien en algunas oportunidades. Es un hombre de mucha confianza de Alperovich y como ex miembro del gobierno se excusó de votar en algunos casos. Tienen una relación muy estrecha”, expresó Goane, reconocido por ser el vocal rebelde.

Sin pelos en la lengua, Goane sostuvo que la aplicación del 82 por ciento móvil para los jueces fue un regalo de la Corte para el Gobierno. “Era lo que faltaba para tener una Justicia adicta. Brito convenció a la camarista Hebe López para que se jubile. También se lo propuso al ministro Fiscal Luis Di Mitri. Querían producir vacantes en la Justicia como sea para tener una mayoría. Brito persuadía a los jueces, era el que llevaba en bandejas las vacantes al déspota. Era el gran operador”, opinó sobre su ex compañero y rival dentro de la Corte.Fuente...Contexto.com.ar

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