jueves, 27 de octubre de 2011

¿Qué es el "stop and go" que mató a Winehouse


No era la primera vez que bebía vodka en grandes cantidades. ¿Por qué en esta ocasión lo que era un consumo habitual de alcohol para ella se convirtió en sobredosis fatal?


Cuando Amy fue hallada muerta en su casa de Londres, el 23 de julio pasado, su padre dijo que la joven había dejado de beber un tiempo antes y que estaba superando su adicción. Sin embargo, tres meses después, los investigadores concluyeron que la causa de su fallecimiento había sido el exceso de alcohol consumido en sus últimas horas de vida.

La explicación es que lo que mató a la cantante fue una nueva alcoholización muy fuerte después de un período de abstinencia relativamente importante. Es lo que se conoce como stop and go.

La autopsia concluyó que Amy Winehouse tenía 4,1 gramos de alcohol por litro de sangre. Para tener una idea de lo que esto representa, basta señalar que en la mayoría de los países el límite legal para los automovilistas es de 0,5 gramo.

Una tasa de alcoholemia mayor a 4 gramos es suficiente como para causar un coma etílico -y posiblemente la muerte- a una persona que no bebe regularmente. El alcohólico crónico, en cambio, soporta estas dosis fuertes. El organismo de la persona que consume regularmente mucho alcohol se acostumbra progresivamente y va elaborando una suerte de "protección" para su cerebro contra los efectos tóxicos de la bebida. Esto hace que su umbral de resistencia suba y evite el coma. Al mismo tiempo, para llegar a la sensación de ebriedad debe ir subiendo la dosis.

Amy Winehouse era una alcohólica crónica. Ella misma había hablado de sus problemas de dependencia de la bebida. ¿Cómo se explica, entonces, que esta vez no haya resisitido esa ingesta de alcohol?

Sus allegados explicaron que la cantante había iniciado sola una cura alcohólica que llevaba ya tres semanas. Pero dos días antes de su muerte, falló en su determinación y quebró la abstinencia: las botellas de vodka vacías que la policía encontró en su casa así lo atestiguan.

La cura de la dependencia física requiere alrededor de una semana, el período necesario para limpiar el organismo. Pero la dependencia psíquica subsiste por mucho tiempo, porque es más fuerte que la física y por lo tanto más difícil de superar. Es la responsable de la recaída.

¿Qué sucede entonces? El alcohólico crónico que cae en la tentación de beber luego de una abstinencia ingirie la misma cantidad que acostumbraba a consumir antes de iniciar la cura. Es decir, aquella a la cual estaba psicológicamente habituado. Pero el organismo se ha desacostumbrado y no lo resiste como antes.

Por otra parte, la cura alcohólica fuera de un entorno médico es muy difícil de llevar adelante ya que el adicto debe lidiar con las consecuencias de la abstinencia -temblores, delirium tremens, etc.- sin paliativos ni apoyo psicológico. Al sentirse mal, acaba por recaer para calmar el deseo de beber pero también la angustia psicológica.

Después de resistir tres semanas, Amy tuvo una recaída brutal y consumió dosis similares a las habituales. Esta nueva alcoholización tras la abstinencia le resultó fatal.

No era el primer stop and go de la cantante. Su padre dijo que ella "podía beber durante 2 ó 3 semanas y luego detenerse durante 2 ó 3 semanas". Pero esta vez su organismo no lo toleró. Reaccionó como el de una persona que no es alcohólica y entró en coma. Se encontraba sola, además. Nadie pudo auxiliarla.

Entonces, lo que antes era para ella un consumo habitual de alcohol, se convirtió esta vez en sobredosis.Fuente...Infobae.com

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