martes, 31 de mayo de 2011

Barcelona juega bien y compite por ser el mejor equipo de la historia

Brasil del ’70 y su fabulosa consagración en México, Holanda subcampeona del Mundo en Alemania 1974, la “quinta del Buitre” del Real Madrid, el Santos de Pelé y tantos más que se disputan una corona imposible de adjudicar.

Imposible hasta ahora, porque a aquellos equipos les faltó algo, alguien puede poner un “pero”, un defecto en algún costado de la perfección que le permite a cualquiera objetar el merecimiento del título.

A Holanda en el 74 le faltó ser campeón, el Brasil del ’70 compensaba las debilidades defensivas con cinco números diez de fantasía y contundencia, y así de seguido con el resto de los equipos brillantes.

El partido de la Liga de Campeones de Europa entre Barcelona y Manchester United terminó de consagrar a un equipo que parece imposible de incomodar, incluso en una final de semejante talla.

Baile, paseo, o cualquier otro sinónimo futbolero le queda chico a la actuación de los de Pep Guardiola, en Wembley. Por año se disputan infinidad de finales en el mundo y es muy difícil, por no decir imposible, que en alguna de ellas, un equipo haya pasado por encima a otro con tanta facilidad, contundencia y elegancia.

“Fútbol total” fue la mejor definición para la “Naranja Mecánica”, que, al lado de lo que producen el “oficinista” Iniesta, Xavi, Messi y el “guaje” David Villa, amerita, como mucho, una medalla de plata en el podio de los grandes equipos de la historia.

El Manchester United, con su historia, con la calidad de sus jugadores y con la experiencia de su entrenador, quedó reducido a un equipo de “medio pelo” frente al Barsa. Y no hubo miedo, ni especulación, ni una mala tarde. Simplemente, hubo un único conjunto, porque el arquero da garantías, los centrales -incluido Javier Mascherano- no sólo defienden bien, sino que además son prolijos a la hora de salir jugando.

Los laterales Dani Alvez y Abidal defienden bien y atacan aún mejor, en particular el brasileño, que, fiel a la historia de especialistas en su puesto que creados por los vecinos, son más delanteros que defensores.

Los tres del medio se conocen de memoria y hacen todo bien –mejor dicho-, a la perfección. Presionan, recuperan, atacan, organizan y manejan el juego a voluntad donde sea y contra quien sea. No importa.


Claro, son humanos y pueden tener días mejores o peores, y pueden incluso hasta perder un partido. Pero es raro que ocurra, lo hacen como si fuera una concesión a la esperanza de los demás equipos.
S
ergio Busquets o Mascherano hacen la labor silenciosa, aunque implacable, de cumplir con el “trabajo sucio”, que, en este Barcelona, también es de galera y bastón.

Los de arriba, tres bajitos, tres que, si los goles fueran golosinas, tendrían la boca llena de caries de tanto gritarlos. Se suman a los mediocampistas en el proceso de creación, son letales frente al arquero y demás rivales y, además, presionan como aves de presa a sus víctimas. Sin respiro, ni tregua.

A ellos hay que sumarles a los dos o tres refuerzos que los catalanes contratan por temporada y a los tantos otros “canteranos” que ya asoman.

“Más que un club”, se lee en las plateas del Camp Nou. Ya va en camino a ser una verdadera dinastía de toque, de goles, de gambetas, de títulos y de defensores rivales mirando al piso sin entender cómo frenar a los de azul y rojo.Fuente...Telam

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