En el centro de Santiago, los manifestantes atacaron con palos, piedras y objetos a las fuerzas de seguridad, que respondieron con gases lacrimógenos y camiones hidrantes. Exigen un mayor aporte fiscal a la educación
Los disturbios estallaron al final de la manifestación, que hasta ese momento se desarrollaba con total tranquilidad con la participación de miles de estudiantes (algunos con sus padres), profesores, obreros y empleados públicos.
El sitio de noticias Emol informó que hubo al menos 16 detenidos por portar bombas molotov. Según las autoridades, también se registraron destrozos y algunos saqueos.
La movilización tenía como objetivo reiterar los reclamos al gobierno de Sebastián Piñera por una educación pública gratuita y de calidad, demanda que se ha vuelto recurrente en los últimos meses e involucra tanto a universitarios como a alumnos secundarios. Según el sitio web del diario La Tercera, reunió a más de 100 mil personas sólo en la capital, lo que la convierte en una de las más masivas de los últimos años.
"Queremos que el gobierno entienda que esto es un movimiento político, que lo que estamos peleando es una mejor educación", reclamó ante los presentes la dirigenta estudiantil, Camila Vallejos.
El gobierno rechazó de plano las pretensiones de los estudiantes, quienes exigen incluso cambios tributarios y reformas constitucionales.
Una marcha similar se registró dos semanas atrás. En aquella ocasión, unas 70 mil personas recorrieron las calles de Santiago, episodio que también finalizó con incidentes con la Policía.
El aporte fiscal a la educación alcanza apenas el 4% del PBI en Chile, mientras que la Unesco recomienda un aporte no menor al 7%, denuncian los estudiantes.
Las estadísticas oficiales indican que sólo uno de cada seis jóvenes pobres tiene acceso a la educación superior, mientras que la relación sube a seis de diez en los hogares más ricos.
La manifestación fue convocada por la Confederación de Estudiantes Universitarios, que lidera las protestas que se extienden ya por más de tres semanas en Santiago y que encuentran a Piñera con la menor aprobación ciudadana desde que asumió el poder (36%).
La educación chilena ha sufrido un marcado deterioro como consecuencia de las sucesivas políticas neoliberales aplicadas por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que traspasó la administración de las escuelas públicas a los municipios y fomentó la creación de universidades y colegios privados.Fuente...Infobae.com
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