La Unión Europea concluyó hoy una cumbre de dos días en Bruselas prometiendo ir al rescate financiero de Grecia para evitar que caiga en julio en una cesación de pagos siempre y cuando Atenas emprenda un severo plan de ajustes y privatizaciones.
Concretamente, los líderes comunitarios se comprometieron a entregar antes de los vencimientos de julio el quinto tramo de ayuda por 12.000 millones de euros, parte de los 110.000 aprobados el año pasado, y sumar un segundo paquete de rescate por otros 90.000 millones de euros.
La condición para que se concrete la ayuda es que el gobierno socialista de Grecia logre el apoyo parlamentario de la derecha a los severos recortes de salarios y beneficios sociales y laborales, el despido de miles de empleados públicos, incrementos en todas las áreas impositivas y la privatización de prácticamente todas las empresas estatales.
El acuerdo logrado satisfizo en particular a Alemania, cuya banca está seriamente expuesta a la crisis griega debido a que posee más del 80% de la deuda pública del país helénico, que suma unos 282.000 millones de euros y constituye casi el 150% del Producto Bruto Interno.
La canciller Angela Merkel subrayó, en declaraciones divulgadas por la agencia alemana DPA, que la ayuda que se le dará a Grecia y el plan de ajuste pactado por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) con Atenas es un “importante acuerdo político por la estabilización del euro”.
El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, manifestó su optimismo sobre la aprobación legislativa del programa que prevé ahorros por casi 80.000 millones de euros, a cambio del cual recibirá el oxígeno financiero necesario para impedir que su país entre en default.
La cifra incluye 50.000 millones correspondientes a las privatizaciones y el resto al “impuesto solidario”, eufemismo que encubre despidos, recortes salariales, incrementos impositivos y la reforma de las normas laborales que más benefician a los trabajadores.
"Creo que con un compromiso fuerte de la Unión Europea habrá también un compromiso firme del Parlamento griego para avanzar juntos. Esto es una batalla por nuestro país y también es una batalla por una moneda común europea y por una Europa común", comentó Papandreu.
Sin embargo, la realidad griega parece estar por ahora lejos de los deseos del premier y de los líderes comunitarios.
El máximo dirigente de la oposición griega, el economista Antonis Samaras, no dio su brazo a torcer pese a la presión que le ejercieron sus compañeros europeos.
"Me piden que apoye una medicina para alguien que está muriendo por culpa de esa misma medicina", declaró tras reiterar que no piensa dar su apoyo al programa acordado con la UE y el FMI.
Sumado a ello, la mayoría por cinco votos con que contaba Papandreu en el parlamento -155 de las 300 bancas- se redujo a tres después de que dos legisladores de su partido, el PASOK, manifestaron sus diferencias con el plan de ajuste.
“Explicaré al Parlamento los cuestionamientos que tengo con estas medidas" el próximo lunes, cuando se inicia el debate sobre el ajuste, dijo el diputado Thomas Robopoulos, uno de los dos disidentes.
El rechazo de la oposición y de algunos legisladores del ala más izquierdista del oficialismo es compartido por la mayoría de la población, que desde hace meses viene realizando masivas protestas callejeras a favor de la cesación de pagos y en contra del plan de ajuste.
En este contexto, antes de que finalizara la cumbre de la UE los principales sindicatos del país habían llamado a una huelga general de 48 horas para el martes, cuando se prevé que se votará el plan neoliberal a cambio del cuál Grecia recibirá un respiro financiero.Fuente..Telam
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