domingo, 28 de agosto de 2011

Don Herrera irá a votar con Chirola y a caballo

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Ramón Herrera tiene 97 años y vive en El Siambón. LA GACETA lo visitó en su casa, donde convive con su perro y su caballo (su esposa y dos hijos murieron hace unos años). No está obligado a sufragar, y lo sabe. Pero si el clima le regala buen tiempo hoy, recorrerá montado en su zaino unos 800 metros para llegar hasta su mesa de votación.

Don Ramón Herrera va a cumplir 98 años el próximo 17 de octubre. Nació en 1913, es decir dos años después de que se hundiera el "Titanic" y siete años antes del nacimiento de Eva Duarte de Perón. Si aún viviera, el escritor francés Albert Camus, autor de las novelas El Extranjero y La Peste, tendría la misma edad que este hombre sereno y de buen humor, que vive solo en su modesta pero cómoda casa en El Siambón. 

A esta altura de la vida, en que no tiene obligaciones que cumplir con nadie, don Herrera suele madrugar a la hora que sea.

-¿Y a qué hora se levanta?

-A las 5 o 5.30 ya estoy en pie.

-¿A esa hora?

-Es que ya no aguanto estar en la cama.

-¿Y a qué hora suele acostarse?

-Para la oración (alrededor de las 19 o 20), ya estoy adentro y me encierro. Para qué voy a seguir al la’o del fuego, pa’ calentarme la nariz nomás...

Durante el día, don Herrera separa el alimento para las gallinas y da de comer al caballo. Al mediodía, él mismo se prepara el almuerzo. Después anda por el patio, ordenando "las cosas", o sale a buscar leña para el fuego.

-¿El caballo es su compañero?

-Ah sí... ese lo tengo de hace años y creo que ya me va a igualar a mí en la edad.

Suelta la carcajada.

-¿Piensa pasar los 100 años?

-Ah no sé... eso lo sabe el de arriba, asegura levantando la mirada al cielo.

-¿Ganas no le faltan?

-Mire... si siguen dando aumento a los jubilados voy a pedir unos años más de vida.

Y sonríe otra vez.

Los dirigentes
Don Herrera tiene el humor en cada frase. Al lado, lo sigue "Chirola" como compañero de ruta. Es un perro flaco, de pelo negro y patas amarilla. Su dueño reniega de los políticos. Dice que sólo se acuerdan cuando hay elecciones. "Vienen y lo saludan a uno -afirma- con la sonrisa de oreja a oreja".

Para votar hoy, don Herrera debe ensillar el caballo y salir hasta la ruta 341, donde está la escuela Abel Peirano, de El Siambón, a unos 800 metros de su casa.

El único momento en que se le borra la sonrisa es cuando recuerda un lamento para los dirigentes políticos de la comuna. Necesita un pequeño puente para poder salir de su casa. La caída de agua natural en tiempos de lluvia ha formado un zanjón de casi dos metros de ancho. Lo mínimo que pide, como vecino de la zona, es que se le construya un pequeño puente para poder entar y salir de su territorio.

No se trata de una obra costosa, pero todavía sigue sin respuestas de las autoridades de la comuna.

Mientras tanto, él sigue su vida solo y tranquilo en su vivienda, construida sobre una loma, rodeada de árboles y de cerros. Dos hijos y su esposa murieron hace unos años. Tiene otros cuatro hijos, que ya formaron su propia familia. Don Herrera todavía puede andar sólo, subir al caballo, prepararse el almuerzo, y dar de comer a las gallinas. De vez en cuando, si aparece un dolor en la rodilla toma un calmante. Sin embargo, la vitalidad se le nota apenas empieza a hablar. Mientras avanza por el patio con el caballo al lado, el fotógrafo dispara su cámara antes de que caiga el sol.

"Enseguida me va a preguntar el caballo qué están haciendo conmigo", dice con picardía.

Camino a la urna
Hacia el fondo de la casa, las gallinas empiezan a trepar a un árbol para acomodarse al sueño. Al lado hay un horno de barro, donde también reposa una gallina.

Por la edad que tiene, don Herrera no está obligado a votar hoy y él lo sabe. Pero si hay buen tiempo subirá a su caballo para llegar hasta la urna. Él vive de una jubilación que le cobra una de sus hijas, que vive en Yerba Buena.

Dice que es feliz con lo que tiene. Presume de ser guapo para el trabajo. Recuerda que en su juventud hizo de todo un poco. Primero trabajó en la cosecha de caña de azúcar para el ex ingenio San José, después se dedicó a la venta de verduras, y más tarde se pasó a la construcción. Tiene las manos grandes y cuando saluda aprieta firme. Hoy, como es su costumbre, don Herrera estará en pie tres horas antes de que se habilite la votación.Fuente...La Gaceta .com.ar

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